XXXVIII. ileana

 


ileana

Morir tú o morir yo era una sintonía propia de nosotros;

Cuando clemencias de joder a otro eran nuestros logros,

Deseos funestos, inocentes eran bajo los ojos delicados,

Una broma amigable era la razón de este bizarro momento.

Miradas de odio tan secas como las lagunas de Monterrey,

Un lugar de tu altar tan oportuno, como tempestuoso;

El momento donde quizás tu mundo fue algo tan jocoso.

 

Ahí te veo, desde los mayores pinos, la avalancha emocional,

Tu presencia se vuelve un eco entre el villancico estacional,

Corriendo para atraparme y darme caer en cuenta

Que la medianoche ha caído y es hora de luchar,

Mientras estoy yo atrapado queriendo a todos estar por mí;

Sin darme cuenta de que tus huellas estaban aquí siempre.

Un vestigio has dejado aquí, quizás más, pero prefiero dejarlo ahí

Una razón de poder estar aquí y tener la valentía a escuchar.

 

Todavía estoy en momentos de pensar,

Y en condiciones de, a lo mejor, aparentar

Pero nunca de poder estar seguro de imaginar

Y de querer tu nombre de mí borrar.

 

Septiembre ha sido una gran película personal,

Estar de ahí por allá siendo distinto, nunca igual,

Cuando mayor era mi impulso por saltar directamente a octubre

Y convertirme en un pasaje memorial en noviembre

Atravesaste todo intento de minimizar este dolor interno,

Y abrazar todo lo que antes en mí era un falso intento.

Quien diría que podría encontrar ese milagro

En un diciembre entre gran letargo.

 

Desamores y amores pasan como trofeos y momentos,

De quizás satirizar todo lo que alguna vez fue desear,

Y es tan irónico pensar lo efímero que fue tu portento

Ser lo justo para guardarte en mi vitrina, por tanto,

Nunca fue el rencor de todo el mal pasado tu objetivo,

Solo es imposible ver en tus ojos lo cruel que fui contigo.

 

Que tan real debe ser este sueño,

Como para escucharte sin creerlo,

Que tan real deber ser esta vida,

Como para desconfiar de que esto es verdadero.

 

El brillo en la nieve hace toparme tu legado en mis iris,

Lo vulnerable entre sus misterios me da el aire inconfundible

De tu propia discreción de querer mantener tu reputación.

En muchos silencios y murmullos comunicabas algo,

Pero pocas eran las palabras que era más que puro palabrerío,

Pocas resultaban quebrantar tu debilidad al despecho,

Y entre ellas había ese brillo icónico de tu risa blanca…

La misma entre los copos frágiles de este invierno.

 

Que cruel habrá sido para mi pasado haberte dejado ir;

Cuando tu nuevo comienzo sería lejos de aquí, de mí,

Cuando escuché todo lo que hacía a mi mente crujir

Y desear quizás haberme arrepentido de haber hecho cosas.

 

Ese último aliento, esa última mirada,

Ese último chiste, esa última risa,

Ese último minuto, esa última experiencia.

Ese último momento de esa última anécdota.

 

Llorar inmerso en mi cuarto, junto a tus dibujos,

Y querer colorear cubriendo este duelo definitivo.

 

Me alegra contarles a todos que solo fue una falsa alarma,

Que el peor de los traumas solo fue un suspiro letal,

Mantener y contener las ganas de darte una paliza,

Pero después abrazar todos tus miedos

Y convertirlos sin más en esperanzas.

 

Ninguna maldad, ningún castigo

Llegará a ser el más aberrante que verte sobrevivir,

Mientras tus latidos bajan y bajan,

Y mis nervios suben y suben,

Una señal pecadora, diría Dios;

Una tortura inhumana, diría yo,

Saber que cualquier “Adiós” será un fin definitivo,

Frustrante no será morir, frustrante será vivir sin más,

Parar todo haré, incluso tu corazón, para agasajarte,

Darte todo lo mío para hacerte brotar más.

 

Muchos fragmentos, muchas historias

Me es difícil darle coherencia a todo esto,

Pero ambos sabemos que coherentes nunca fuimos;

Siempre errantes queriendo el mundo domar,

Un fervor inmundo de querer alcanzar

Todo lo que nosotros pudiéramos desear.

 

Mi deseo era encontrar alguien que fuera mi par,

Entre oraciones y odas rezaba día a día,

Nunca sabré si fue obra casual o estricta.

Pero estar contigo me es lo suficiente para adorar

Ese Dios que tanto negaba inclemente.

 

Ahora que sabrás todo lo que fue para mí esto,

Creo que es muy oportuno darte el beneficio de la duda:

“Quizás no siempre fuimos los mismos, te lo aseguro,

Pero esa identidad que nos conecta vive por ese futuro”.


-Ricardo Antonio Mena Madera

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