XIII. Mordaz Mar de Paranoias
Una
luz tenue celeste en el basto planeta;
El
pez luna inocente busca algo por añorar,
Fervor
desea una razón para deslumbrar,
Buscando
entre corales encuentra la luz unísona.
Pero
incrédulo queda ante la trampa del diablo en mar.
Pez
luna busca la forma de atraer el cariño imposible,
Intenta
encontrar algo poco probable entre la luz de carnada
Carnada
propia de sus propios anhelos ilusorios;
Entre
dientes afilados busca su par corromper la realidad,
Morder
lentamente la razón de vida del pez luna,
Masticar
y engullir la represa entre su interior ingenuo.
Pez
luna queda engullido, no por él, sino por su compresión;
Buscaba
una luz igual entre intenciones iluminadas en falsedades,
Atrapado
entre redes de miedo, clemencia busca en su superior.
Feliz
refleja entre dientes temidos la debilidad instintiva de él,
Carcomer
sin chistar busca sin tener que usar ningún músculo.
Pez
luna, ahogado de la intensidad, cae hasta lo más profundo.
Entre
sigilos y poca nitidez deja ir su intención, derrotado,
Enojado
no está, feliz tampoco: pero su mirada azul lo deja cristalino,
Débil
de poder admitir el pesar de cambiar lo estancado,
Culpable
delatado propio es por su misma mente.
Respira
calmado; se ahoga solo atontado,
Calma
entre hundimiento encuentra al pensarlo más:
Década
de sufrimiento a vivir;
Imposible
es suyo a sobrevivir,
Impertinente
se mantiene a seguir,
Amor
terco sigue a construir.
Pez
luna, derrotado, mueve sus aletas lento.
Aceptado
ya ha sido su destino entre algas,
Cuando
más se acercaba hasta el fin del camino
Múltiples
luces minorizaron sus ojos llorosos,
"Mi
amor perdido entre pedazos recuerdo,
Agua
roja desperdigada llena mi vista completa,
Momentos
donde perdí mi razón insípida;
Paranoia
entre acantilados me recorre mis escamas,
Perderte
fue una experiencia sin precedentes,
Sostenerme
de múltiples alientos me hace destrozarme”
Mi
pez luna, en ultramar encontrarás el adoro pertinente
Pez
luna aletea intenso, sus aletas a volar asemejan.
De
la oscuridad eterna a la luz efímera se dirige,
Fallar
nuevamente no es su destino en toda regla,
Seguir
el tránsito marino es su destino afable;
Luz
tintinea excitante sobre su cuerpo cristalino,
Intensamente
vibra en conjunto al aleteo mismo;
Palabras
burbujean entre la infinidad marítima,
Su
último aliento entre efervescencia atestigua.
...
...
...
Silencio
sordo abunda en el entorno derrotado,
Marea
arriba únicamente se escucha,
El
movimiento de las algas, el aire en el agua;
Todo
menos lo que pez luna ansiaba,
El
aleteo numeroso se disienta progresivamente,
La
luz temblorosa cede a la impotencia suya.
Impotente era su mirada ensordecedora
Mientras veía su pasado vagar en todo este diluvio,
Pensar que todo aquello que construyó aquí
Fue llevado hasta la deriva exterior de su mundo,
Y cuando más añoraba salir a buscar lo que era suyo
Nunca entendió que el mar era para todos, menos para él.
Pez
luna se rinde, ya no hay más por buscar,
Un
hogar infinito, pero un sitio indefinido.
Pez
luna decide en fósil encontrar a alguien más.
El
diablo lo siguió, convencido de engullir todo a su paso,
Ahora, con motivación mutua, decide terminar su trabajo.
Con un trato mortal decidió armarse a seguir más allá,
Donde toda esta paranoia solo fueran socavones submarinos.
...
...
...
La
luna brilla entonada al mar invisible,
Múltiples
luces llegan al exterior, impasibles,
Luna
tras luna tras luna salen al mar,
Ninguna
parecida ni en piedra a la misma propia,
Danzan
y aletean juntas, parejas varias a la vista.
La
luz lunar despliega presagios inmersos,
Pez
luna nada en las estrellas, buscando, añorando,
Amando
junto a su razón del pasado, juntos.
Pez
luna se desvanece del cielo inmundo,
Pez
luna halló lo que antes había perdido.
Felices
ambos tintinean su luz para brillar el astro.
-Ricardo Antonio Mena Madera
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