XXXIV. carlos
Pocos dedos necesitaría para contar los
amigos que más adoro,
Pocas manos necesitaría para considerar a
alguien mi mayor logro,
Pero solo necesitaría una persona para poder
sentir todo correcto,
Una gran amistad que de tantos errores no
merezco tener como recuerdo.
Escasos son los momentos que perduran en mi
cabeza;
Prefiero mantenerlo en mi bóveda todo lo que
alguna vez destruí,
O lo que derribé dejando llevarme para
hacerlo todo de mí.
En mis mejores recibimientos florales tengo
este hecho:
El día donde nuestras inesperadas voces se
daban al acecho.
No intercambiamos palabras, pero un lazo nos
unía,
Este maquiavélico interés por los juegos de
lucha.
Que nos dejaba las horas volar como apagada antorcha.
Maravilloso momento, horrible tormento.
Nunca estaba seguro cuando decirte lo que tanto
me dejó deshecho,
Decir las cruentas formas que te despedazaba
como piel a carne hervida;
Con mis palabras semejantes a cuchillos y
espadas, te cubrían entero,
El odio de no aceptar lo que no fuera igual,
fue lo que tanto dañó te enterré.
No sentía en mis manos la sangre congeniar por
mantenerme callado atarantado.
Era infantil, era un pequeño revoloteo en un
parque de pubertos;
No entendía las cosas, todos asumen que no
sabemos nada,
Pero sabía que con cada cosa que te hacía
menos te gustaba;
Con las otras bocas que ahora son nuestros
grandes amigos
Destruíamos tus méritos de indagación para tú
nunca explorarnos.
Peleas internas, batallas inconmensurables,
Daba por demolido lo que construimos
Cuando todo mi secreto estuviera en tus oídos.
Y sentía como sería las formas insuperables
De tu potencial repudio inflarse para callarnos.
Luego de estar como imbécil dándote la otra
cara,
Necesitaba sacar todo este peso que resultaba
muy caro.
Ni un soneto podría compararse a tal discurso
descargado,
Mientras mis dedos ardían para ya no más
estar ahogado.
Justo cuando el silencio llega a arroparme
Es cuando reflexiono dejándome cargar como
infame.
Demasiadas atrocidades he cargado en mi espalda
Como para inclinarme a despecharme todas
estas.
Luego medito, y me resigno a quedarme
callado,
Mientras como barril me desenfreno a pronto caer
agotado.
Cuando pido disculpas, cuando me digno a dar
la cara
No importa cuantas veces lo haga, siempre lo
aceptarás.
Ni yo en tantas maneras he podido dejarme
cesar,
Sintiendo a gorgoteos la condena de tu piedad
no aceptar
Porque siento no merecer ni siquiera me
tengas que mirar
Mis ojos llorosos, mentón desalineado,
Aun cuando sigo con estas cadenas atadas
Sigues dándome tu mejor lado.
Compartir este sentimiento al crear
conjeturas
Con nadie me había sentido listo para
mostrarle mis obras;
Sentía el listón sorpresa ahorcándome el
cuello,
Era un acontecimiento que no daba por hecho;
En tus intentos por no darme por vencido,
Incitabas mi mente a explorar todo mi
recinto.
Tu vista en mis peores euforias,
Tu palabra en mis mejores poesías.
Aun con las peores desidias en tus emociones
Eres más humano que cualquiera considerándose
res,
La mierda que te han dejado otros es de los
peores crímenes,
Pasas condena, pero eso no te impidió a ser
de los mejores.
Esto de empujar en la montaña más grande a
mis enemigos petrificados era cansado,
Repetía el mismo mecanismo con tal no pasar
ningún altercado.
Sísifo me entendía, empatizábamos,
Pero ningún Dios me castigó, solo intentaba.
Y cuando te conocí dejé rodar esta bolera,
Porque ahora tenía a alguien para picar de
esto las mejores estatuas.
Acortando el tiempo que nos hemos acabado,
Acomplejando lo simple de nuestra amistad,
Siento como si el invierno fuera menos
mortal,
Con tus apoyos tejiéndome el mejor de los
suéteres.
¿Soy suficiente para lo que tantos mereces
O soy poco para darte casi las vivencias
superiores?
No me dejo blanquear por mis propias mierdas,
Así que tengo las mejores lecciones como
parte de mi afectividad.
Tejer nunca es fácil,
Entender es frágil,
Pero querer es verosímil.
Y tú leer a los demás es hábil.
Esta construcción que hemos dado por abierto
Será la entrada a nuevas oportunidades,
El listón que me atragantaba ahora es el
camino corto
Para dar paso a muchas pasiones brillantes.
“No tendrás la mejor dicha”,
La verdad sea dicha.
Con mis mayores talentos intento donarte para
prologarte,
No por egoísmo puro, pero eres más de lo que
tantas veces te has engañado.
Tus adoraciones, tus inmensas ganas de siempre
mejorarte,
Es por ello por lo que decido recurrir a
dejarte esta frase por dedicado.
“Los poetas van y vienen, creando melosas
melodías para glorificar,
Pero con tus escrituras podrás tú todo este
prefijo anticuado cambiar.
Y cuando los poetas escriban con el lenguaje
del amor al arte,
Será el día donde podré tu potencial
demostrarte”.
Comentarios
Publicar un comentario