XXXVI. ¡acción!

 


¡acción!


Prepara tu mejor maquillaje;

Insiste en hacer más lúcido tú agasaje,

Deja a la audiencia expectante de tu arbitraje,

Y cuando mayor estés por volverte salvaje…

… ¡acción!

 

Primer acto.

 

Mientras demuestras que el amor no es tu lenguaje,

Dejarás en claro que actúas por querer aparentar;

¿En el siglo dorado de estar bajo el telón buscarás eso?

Empieza a trabajar más en sacar mierda en cada actuar,

Rómpete una pierna, o tal vez una promesa;

Anímate a destrozar como cristal a los que aprecian tu rodaje,

Y la vida dorada en tu piel de óxido común será falsa;

Casi tan igual como lo que llaman el oro de tontos.

 

Diálogos y palabras se vuelven con el pasar del tiempo tus armas,

Cualquier malinterpretación y tu intención se consumará.

Dejarás todo sentimentalismo, y abrazarás tu conservadurismo,

Con manuscritos preparados para darte tu rutina en esta vida cotidiana,

No necesita más, ni siquiera alguna actriz para darte la razón de no arrepentirte.

El drama de tu filme solo demás mostrar para conmover al público,

Como tragedia teatral, te das por muerto para darte la razón, diabólico.

El papel nace de tus instintos, no de tus sentimientos.

Aunque se veía venir desde tus currículos extensos.

 

Ahora déjate cegar por el resplandor de tus intentos,

El esfuerzo que has hecho por dejarte enterrar en tus obsesiones,

Y en la mierda de ciencia ficción de los años veinte.

Pisada por pisada, intentando tus movimientos fluir,

Entre susurros y murmuro implorándole a quien te puede cubrir;

Aunque no haya dobles para darte el tiempo a tus errores sentir.

 

El espectáculo debe continuar, tu oportunidad para sellar tu carrera,

No mires atrás, no dejes llevarte por los que has dejado de tu vida afuera

Porque tu recompensa de utilizar tú mascará enigmática será la cárcel sin jaulas.

¿Dejarás este objetivo tuyo caer como todo tu respeto hacia los demás?

No lo pienses más y déjate incursionar por la vida con éxitos de este lugar.

Perder la razón de hacer esto y encontrar tu objetivo como estrella.

 

Quizás en un futuro reconocerás todo lo que conlleva ser… así:

Tan pesimista, tan extremista, tan… solitario,

Lloraría por ti, pero no me pagan lo suficiente para justificarte.

Tu salario te recompensará como justicia cruel, tu falso martirio.

Tienes huevos porque eres hombre, entonces hazte cargo de tu delegatorio.

Cruenta sangre falsa, dices tú, el estudio nunca compró eso,

Pero la trajiste para hacer de tus acciones tan inmaduras como tus actuarios.

¿O me dirás que nunca deseaste humillarte para dejarte a mar de filos por la prensa?

Es válido querer humillarte como tu crecimiento de actor como excusa.

 

Cagarte te has andado yendo en la dirección de tus huellas,

Dejando rastros de tus marcas en las llagas de estas salas;

Escenografía propia de tus mismas parafilias a caer bajo,

Dando lo máximo en tus ganas para dejar ilícito como atajo.

Bandeja abierta a tus propias ganas de degustarnos con sutilezas.

 

Fin del primer acto,

Segundo acto.

Y…

¡Acción!

 

 

En el escenario, siempre mostrarás lo contrario a tus deseos,

En esta escena donde tus amigos y pareja están,

Tendrás que demostrar lo que darías por ser exitoso;

Destrozar la escenografía, dar el salto a la siguiente escena,

Tragedia en el falso plot-twist de ser el villano de esta historia.

Tanto romance en este género de cinematografía es muy empalagoso,

Ahora has de los otros actores los criminales de tu impotencia;

Los antihéroes de intenciones para el curso del plot encandecer.

En el soundtrack estarán las canciones que demostraban tu real terreno:

Megalómano de tus propios amagos para todos perder.

 

Dejarás que el extranjerismo te cierre a pensar folclóricamente,

I can see you… agarrando poemas para hacerte el escritor.

I don´t know… siento que te encanta endulzar tus frases,

I wonder… ¿Si así solo intentas ocultar todo lo que eres?

 

El público se vuelve tus nuevos ojos, tus nuevos pensamientos;

Tú no tienes opción más que como seguidor dejarte ser controlado,

Imtepestuosa tormenta llegará al rincón de tu camerino,

A caer en tu cara toda la cantidad de seguidores que han estado por ti,

Y verás que tu sequía fantasiosa que tanto te quejabas lo creaste tú mismo.

 

Público expectante de cualquier momento verte caer,

Fatal como cuando de tu mente los hiciste corroer.

Les enseñaste tu libreto enseñándoles de tu pasado,

Pensando convertirlos en esperpentos de aficionado.

Ahora cuando escribes las demás líneas para más,

La bilis de tus crueles maniobras cae hasta jamás.

 

“Camarógrafo sáquelo de aquí”

Te haces el sordo por seguir estando a pie de la pantalla grande,

“Veré aquí mismo todo lo que quise”,

Jodes con siempre querer hacer tuyo toda esta obra desgraciada.

Ese papel milimétrico, metro por metro

Con tu cara como foco de atención,

Queriéndote apropiarte de toda tu mezquina idiotez

De aparentar la doble vida como actor.

 

Fin del segundo acto,

Tercer acto,

Y…

¡Acción!

 

Vida que tendrás como para estar sujeto al gran director,

Todo desde las tintas más frescas como control como propiedad,

Diste alquimia para dejarte intoxicar de ser alguien con responsabilidad.

Dejaste caerte como reacción química al acecho de tus propias cualidades,

Ninguna que hasta el mayor maquillista juraría haberte hacer tan débiles…

Y tan hermosamente cruel esas facciones como vocabulario de odio.

 

“Te odio, te odio, te odio, te odio”

Escucharás al reverso de las acotaciones en cada ambiente,

“Me odio, me odio, me odio”

Nihilista de mierda, espero sigas siendo para tragarlo frecuente.

 

Reinará aquel que demuestre odio hacia la propia vida,

Hacía la propia idea de aquí estar tocando los focos del escenario,

Hacía tu interés siquiera de dejar todo en tu fraudulento vestidor.

Hacía todo lo que con tu vocabulario inexistente llamarás “maricón”.

Y, aun así, el gran Yezzy te llamará la perra de calcificación.

 

Solidifica tus lágrimas, porque el concreto en tu cara será tu maldición.

¿Qué harías sin el gran director?

Oh cierto, drogándote para sentir amor.

El club de los 27 será tu perdición,

Desearía hacerte una tumba como decoración.

Mejor hagamos honor a tu logro,

Y llamémoslo el club de los 18 destrozos que has dejado.

 

Destrozando pulseras, destrozando cámaras,

Destrozando danzas, destrozando modas,

Destrozando historias,

Y destrozando tus fotografías.

 

Ahora que el final de esta trama ha llegado,

Seguirás viajando de set a set para estar más jodido,

Bebiendo hasta olvidar esta obra que tú has creado,

Pero que nunca te dignaste a darle un final cerrado.

Digno nunca fuiste como para escribir todo,

Pero siempre reciclabas el monólogo tuyo conocido;

Ni en las cartas más pretenciosas podías destinar la crisis de tu lado.

 

Espero tengas anotadas las frases escupidas de tu gran dote,

Y las que como rejas has dejado cerrado tu recuerdo vívido legar,

Desearía haberte dicho las mil y una veces que has sido polémico,

Cuando caí en cuenta que tu vida tenía derecho de autor,

Así que mejor te dejé hacer en tus propios juegos de dictador.

 

Fin del tercer acto,

Vida real,

y…

¡Acción!

 

Sin escritos, ahora eres más un pozo escéptico de testimonios,

Lo que tanto resentías de las grandes urbes,

Aborrecías que nadie demostrará la pasión de vivir en cámaras:

Lujo de detalles, siempre comentabas tus más grandes aspiraciones,

Estar bailando, danzando en la lluvia como aquellas películas;

Con la actriz más brillante, el oro de tonto que tanto te prometías.

Me duele tanto haber visto el inicio y fin de tu carrera.

Pero tú eras el autor; yo el personaje de tu era.

Cierra el telón y sigue buscando lo que alguna vez fue esa hoguera.


-Ricardo Antonio Mena Madera

Comentarios

Entradas populares