XXXVIV. diciembre

 


diciembre


Septiembre, todo empezó un septiembre;

Las mayores facciones de un agente caótico,

Alma y confianza di para darme un respiro;

La incertidumbre otoñal me arrancaba el sentido.

Vistas donde dejaba lo que era mi mantra,

El cuerpo decaído de tantos en mi contra.

 

Hecho trizas me había dejado todo el perenne,

Las suturas, las cosas que di por cerrar la muerte,

Con los mismos bisturís que abrí mi corazón

Cara mía durante ese momento de perder la razón

La misma que podrías ver en veteranos de guerra;

Me dejaste descocido de mi propia realidad sincera.

 

Este diciembre, durante el anochecer,

Me desconcentré y me costó reconocer

Lo mucho que perdí por estar en negación;

Arrebatándome el arrebol de la intersección

Entre tu penumbra y la soledad de esta injusticia.

No quise hacerlo, pero mi cuerpo no era de mi merced,

Esos eran las razones intransigentes a mi propio poder.

 

Luego de tanto incursionar inconsciente,

Encontré lo que me daría la llave de mi mente,

La misma que me haría poder vivir nuevamente un diciembre

De puro goce de tenerme en mi control para siempre.

Entre escenarios inhóspitos de sitios que recuerde

Era la clave para de mi deshacerme de tu penumbra,

Y ahora explorar mi nueva faceta en mi cara.

 

En el tiempo que pasaba entre días,

Me arrodillaba para implorar al grande.

En el lapso de crecer los impasibles deseos

Me di cuenta de que el zapato nunca me venía,

Era momento de probar una nueva idea:

Tomarme estos minutos para en calma cesar estos recelos.

Volé, tocando el cielo en la epifanía mental,

Surcando el mar neuronal que se sentía tan real.

 

Ahora que ya no te necesito, maldita irreflexión;

La barrera que me atraía a tus deseos quejumbrosos

Sera la fase donde revolotearé mis potestades,

En el calor de aceptar tu necesidad indeseable

Ahora la brisa de una frescura invernal se hace afable.

 

Cuando mayor me azotaba el viento en mi objetivo,

Experiencias pasadas se hacen de mi para ser más carnívoro

Para zampar la piel muerta de muchos prototipos parentales,

El amor que tuve de la amistad bajo mis propias personalidades

Cohesionan una entre otra en la intención de abrir

Esta inhabilidad que hice por estar buscándome entre baúles,

Han pasado 3 inviernos, y nunca los he dejado ir,

Será la dualidad, será lo que quieras, pero menos un bulo.

 

Cerca del trayecto final a esto,

Reverberos de esos amagos que me llevaron a la ruina,

Esa doble moral incitándome a darme la vuelta y dejarme sin salida,

La misma que me atrapó a convencer que un megalómano

Como aquellos que se jactan de su superioridad te dan la mano;

La misma que me hizo creer a fe ciega que su amor

Era la respuesta a todo en mí era un dolor.

 

Sé que actuaba, pero yo caí bajo sus trampas,

Ese papel que le quedaba tan bien en disfraz;

Eso es el pasado que tanto amoneste,

Y que ahora sacaré hasta todo detener.

 

No hay vuelta atrás, ahora soy yo quien dejará todo atrás,

Perder esa exhaustiva razón de cadenas en mi cuello,

Joyería barata en humo de la vejez, lo retrogrado que fue ello;

Nunca fue valioso, pero se ató a mi para hacerlo un tesoro,

En el mar oscuro se quedará como símbolo a este desarrollo.

Finalmente, el invierno a mí ha llegado.

 

El suelo no se compara al nuevo destino;

Las hojas mortales se han desvanecido,

Migrañas internas de esperar tanto se han ido;

Ahora solo queda el blanco renacimiento

En las capas de mis dermis más expuestas,

La blanca libertad que tanto renegaba,

Ahora ha llegado como la luz en alba.

 

Estuve tanto tiempo encerrado a mis propias convicciones,

La propaganda burda de que no habría otras opciones

Y estancarme sería la mejor candidatura en esta política

De pensamiento entre toda la ciudad que resguardaba en la nuca.

Materia gris enfriándose con la revolución de diciembre

Ahora liberal de esta atadura de soledumbre

Mental desquiciada de mi costumbre

De dar mi espacio personal a la podredumbre

La cual nunca supo apreciarme en mi peor septiembre.

 

Sarcástico es decir que en mi idea comunista de dar

Esto que apropio como soy sin esperar nada a cambio

Dejando pisotear la tierra libre de mi pulcritud

Sembrando la semilla del revoloteo próximo del disturbio.

No es necesario recalcar que la maleza ha terminado;

La tierra de libertinaje apropiado de vuelta he proclamado.

Plantaré los mejores lotos en los armoniosos lagos;

Un ciclo de hibernación les he dejado, y ahora han crecido como tallos

 

El proceso de pasar al otro lado del vaso,

Ha sido tan desgastante como para romperlo en varios.

En la sacralidad al paso a mejorar,

 hay varios momentos que me hicieron recordar.

Todos se envuelven en una misma contante

Que ya se vuelve barato darle un instante.

 

Diciembre, inúndame de tus sabias poesías;

Y déjame acomodarme de tus rebeldías.

Eterno letargo en el prospero diciembre,

Me hace sentir que sanaré estas mil suturas.


-Ricardo Antonio Mena Madera

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