LX. Despiadado Will
Estoy echando humo de todo lo sucedido,
¿Cómo carajos tuviste la osadía de golpearme?
Pensé que estabas tan embobado que solo
llorarías,
Esperando que las cenizas lleven las memorias
contigo
En una relación en la que nunca llegarías.
¿Así fue la primera vez, no es así?
Llorando como marica pensando que éramos
algo.
Aquí en el bar, tomando hasta olvidarlo;
La espuma de mi boca, la escapada de mi
vocabulario,
Mi discurso de odio, tú mi lápiz frágil,
Acabándote en insultos que te convertirían en
inútil.
Todavía recuerdo esa dulce vez,
En la playa, derrochando mi mitomanía.
Mientras la chica resplandeciente en arena
está acostada.
Me acerco, la conversación fluye como agua,
De un momento a otros intercambiamos números,
Y cuando ya no tenía nada más por hacerme el
imbécil,
Regresé suspirando aíre cálido de este sitio
inverosímil.
Tú llorando, como no,
Mientras hablo en el teléfono.
Riendo a carcajadas, en la cita ideal,
La chica de mis sueños haciendo realidad.
Pero algo me carcomía viéndote ahí parado,
Dejando tu esencia como si fueras un muerto
En la espera de la llegada de tú Dios,
Yo no te iba a abrir, aun así.
Esto que sentía en el corazón viendo tus
fotos,
Lo que subía la dopamina en mi entrepierna;
No eras lo que te llamabas, “mi lindo
retrato”
Eras una pintura que estropeaba a cada rato.
Soy lo suficientemente hombre para
reconocerlo;
Pero no lo suficiente para darte más de mi pena.
Te mentí y me acosté pensando en tu legado,
Para despertar luego viendo que te había
engañado.
En mis fantasías, eras a quien hacía mi
chica;
En la realidad terminaste siendo otro de la
fila.
Me gustó, y me gustó tenerlo aún en mi
cabeza,
Mentirte y joderte por tenerte para saciar mi
hambruna,
La misma que llenabas con tu ignorancia de tu
alma.
Soy un hombre al fin y al cabo, ¿no es eso lo
estipulado?
“Utilizar a quien sea hasta dejarlo
desgastado
Sin sentir algún remordimiento en sus
hombros”
Esta cerveza me está haciendo las locuras que
hice contigo,
Con la diferencia que estás las amo por
dejarte amargo.
Estoy llorando, ya no sé si la cerveza sale
de mis parpados
O solo es el efecto en la garganta de los
cacahuates salados.
No sé, por Dios, no sé qué hacer, Dios.
Te necesito aquí, necesito todos tus
sentidos.
Estando acostados, mientras conectamos.
Estoy por echar a la deriva mi mierda
Por darte el amor que tanto veías en mi falsa
mirada.
Es poco hombre de mi parte llorar por ti,
No quiero que nadie me vea así;
Siendo tan débil como tú en tus genes;
Eres igual que yo, pero eres parte de los
errores
Que esta libertad ideológica ha dado en las
juventudes.
Me asqueas, pero algo de ese aborrecimiento
me reseca,
Quizás estoy sobre reaccionando como
Ardiendo mis interiores en la fermentación,
Nunca maduré lo suficiente para hacerte un
sitio,
Nunca fui de utilidad para hacerte sentir
mío.
Me duele más el orgullo,
Viéndote saborear mis heridas;
Fumando delante de mi cara,
Siento que fue tu forma de admitir
Que me expulsaste de tu respirar
Y que el aire es más limpio que yo,
Finalmente inhalar el buen sentir
Te odio demasiado, estoy que te destrozo en
pedazos;
No entiendo cómo fue tan fácil para ti engañarte,
Hacerte creer la falsedad de que sin mí
estarías mejor,
Sonríes mientras mi cuerpo frágil está por
destrozarse.
¿Acaso tienes empatía humana, de verdad?
Es como si no recordarás las veces que fuimos
felices…
¿Acaso ya no soy lo que tanto deseaste
mientras crecimos?
Entonces solo me usaste… ¿verdad?
Eres el mismo bastardo que yo entonces…
No me arrepiento de arrebatarte lo que te
hacía gentil.
Ni de como dejé profanar todo tu cuerpo con
mi hedor,
No me arrepiento de haberte echado de mi
casa,
Ni de como estuve por echarte la infidelidad
en toda tu cara.
Pero… es irónico, porque no sería infidelidad,
Si nunca fuimos nada ni por sagrada
posibilidad.
Espero luego de haberme restregado en golpes
tus hechos,
Quedes tan exhumado para sentirte en tus
lechos,
Pero… sabiendo que alguna vez sentí algo, ese
amor;
Sí, pero solo por querer dejarte con
demasiado ardor,
Hasta extinguirte como para no encontrar nada
mejor.
Mientras en tus sollozos viendo nuestros
retratos quemarse
Musites “El despiadado Will”.
-Ricardo Antonio Mena Madera
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