LXVI. ...amigo


...amigo

La peor forma de sufrir es saber de donde llegó la herida

Y aun así sentirlo como si fuera un apuñalamiento en la espalda.

Meses, los han pasado rápido desde la creación de un universo,

Astros en colisión, capas de verdaderas intenciones;

El anillo que te regalé como ofrenda de un empezar novedoso.

Recreamos la vida, y le dimos oportunidades;

Ahora estoy por ser inhabitable

Si nunca te has encargado de tu acto culpable.

 

Es egoísta y narcisista decirte esto

Cuando igual estanqué la viabilidad por perdurarlo,

Ni la eternidad topará nuevamente mi sistema

Si no saco de aquí la verdad que quema

Como magma de próxima estrella.

 

Muchas veces dije que te superé, y eso quizás

Fue un amago para decirte que no serás

Nunca la acción que llegaré a sanar.

Supuse que así sería, la historia se vuelve a repetir;

Mientras escribo en todos lados que ya me voy a arrepentir.

Se volvió en algo más grande,

Ni culpa, ni miedo, ni trauma,

Es la sangre que ahora me calma

En su intento por decirte algo.

 

Que estúpido fue enamorarme de la forma baja,

Con tu lado, con tus brazos en todos lados,

Todo era tuyo, todo lo que yo era te pertenecía.

Era el collar de tu cuello, la pulsera de tu muñeca,

El gorro de tu cabello, los calcetines de tus pies.

Es estúpido pensar que así sería indefinido pertenecerte,

Efectivamente era tonto con solo darte un lugar para cubrirte.

 

El progreso que tomaba parecía una escalera dificultosa.

Tantos pasos, y ninguno de su estruendo era el tuyo.

Nunca pisaste el camino a la meta, nunca llegaste.

Era yo, quien tenía que bajar de regreso al inicio

Esperando que luego de subir y bajar las tantas veces

Llegaras tú a mimetizarme con la misma rigidez

Que yo daba por ofrecerte sin nada pedirte.

 

Me callaba, decidía no darte un tormento eterno.

Me consuela cuando llegabas a verme en sitios inesperados,

Cuando más te necesitaba, solo llegaban otros.

Cuando menos te necesitaba, tampoco llegaban tus focos.

¿Qué era entonces la casualidad de un flechazo en los dos?

Es cierto… yo lo creé sin pedir a alguien la llegada de arcos.

 

Feliz, buscándote como tesoro cavado en este amplio lugar.

Triste, encontrándote sin lujos de ti por buscarme y abrazar,

Es lamentable cuando los cristales polarizados

Resultaban mayores consejeros que los tuyos propios.

Eran mayores sus razones para tenerlos cerrados

Que para abrirlos en busca de tus respiros.

 

Diferente situación, en el mismo balcón.

Era difícil atravesar la barrera de quererte por una razón.

Cuando estas terminaron, ni siquiera de ese modo

Podía dejar de verte hacia abajo saludando, sonriendo.

Yo compartía una parte de mí, abriéndome.

Tú lo hacías, pero solo por no estar sólo, quizás.

Temiendo que alguna vez lo mismo de morirme

Sea el fatal camino de una historia en cenizas.

 

Matices de colores, ninguno de tus perdones.

Peleábamos, era cansado para todos nuestros amigos.

Llorábamos, y de algún modo todo regresaba a los inicios.

Vivíamos, falsificando la verdad que infligimos.

¿Era esto de verdad una razón para seguir reacios?

Nunca responderás, porque concordantes jamás fuimos.

 

Esta comunicación me está matando.

Me pregunto si igual te sentirás a mi modo.

Esperaba reencontrarnos en sitios casuales,

Pero nunca en mensajes inalcanzables.

Me has dejado, y me has acabado.

Eso siempre fue las veces que estuve atrapado.

Ahora que mi cárcel está abierta por tu ausencia,

Yo me pregunto cada cúmulo de pensamientos:

¿Es de verdad que fue fácil deshacerse de nuestra coincidencia?

¿Era tan fácil saltar al suelo que subir a las escaleras?

Me omitiste, me has culpado por malezas

Que jamás quisiera decirte que fueron hechas.

Ahora construimos un muro,

Y amigos solo fue humo puro

 

No me atrevería a llamarlo un amorío trágico,

Ni en este año, ni en los años que sigan de largo.

Es una tragedia tan difícil de darle lugar,

Es un sentimiento que es complejo de superar.

A veces aún me pregunto si me debí de quedar,

Pero lo intenté, eso no me lo podrás nunca negar.

Que dolor, y la inclemencia me carcome.

Que áspero, pero era afecto deforme

 

¿Podrás cargar con esta culpa?

Podrás crecer sin poder escupirlo,

Pero no de jamás resignarlo.

En mí, es la marca de tu nombre en mi hombro;

Esa intachable prueba de que fui en arroyo

Buscando lo perfecto, todos excepto a mi, yo,

Y de algún modo, nunca encontré algo de valor

En cuando dejé mi corazón arder con demasiado dolor.

 

Te di lo que quisiera haber tenido de ti,

Te escuché cuando quisiera que me escucharas a mí,

Te lloré cuando ninguna lágrima salía de ti.

Te mantuve cuando quisiera tú hubieras peleado por mí.

Te aconsejé cuando quisiera solo vinieras por mí;

Una vez no estuve ahí, y para ti fue traición vil:

Como Hitler desenfundara su pistola por Berlín,

Suicidándose sin afrontar la crudeza del genocidio civil.

 

Es insuficiente, siempre fue nada

Por más sea esto reciente,

Siento que ahora este dolor es un ente

Que camina intentando encontrarte.

 

Si pudiera preguntarte una última sentencia...

¿Me dejarías expresarte la secuencia?

En este plano donde me sentía vivo sin consecuencia...

Era algo más que tú pertenencia, sí.

Eras alguien con quien sentía conciencia:

He de decirte que recordaba cada día,

Esperando con inmensurable paciencia,

Dejar el dolor como futura descendencia.

 

Si algo fui, en tus recónditos escondites,

¿Admitirías que solo fui un chivo expiatorio de tus verdades?

¿Me negarías en rotundo que solo me usaste para hacerte de flores?

¿Fue difícil para ti decir que se joda todo que fue parte de nosotros antes?

Me pregunto, y no dudo en hacerlo en absoluto.

A veces, desearía que este dolor celestial llegara a su punto muerto.

A veces, desearía nunca haberme topado contigo en la tormenta ese día.

A veces, desearía que supieras como me has dejado en este punto por tu furia.

Mientras vivas, sabré que fui una perdida sin risas.

Sabré que, por más que intenté, estaré ahora comiendo por desidias.

 

En este momento mi asfixia te la estoy dedicando.

Podría estar escribiendo cualquier cosa que yo decidiera;

Gastando mi repertorio de vocabulario en otro poema que quisiera...

Pero gasto mi potencial deseando que fueras el indicado.

 

...Eso eras amigo.



-Ricardo Antonio Mena Madera

Este poema podría admitir que en todos los que he creado por el momento sería el más triste y directo. Cuando una persona resulta ser alguien en tu vida, lo aprecias demasiado y aceptas pasar el resto de tu vida junto a alguien que darías mayores cosas más que únicamente un "gracias". 

Queremos tanto, y nos dan tan poco. 

Es cruel, es insufrible, es nefasto cuando lo pierdes por razones que nunca tendrán sentido en tu cabeza, y que si mientras más lo analizas y reflexionas de la carnicería del momento solo llegas al mismo pensamiento: "¿Acaso solo quiso irse buscando alguna excusa para hacerlo?"

Ojalá nadie llegará a ese nivel de culpa, pero yo me debería haberme perjurado a nunca hacerlo. Ese amigo, quizás tendrá una nueva vida, una nueva compañía, que simplemente la obtuvo para hacerse alguien no miserable en un mundo que solo coincidía por mí, y por quizás él en sus pensamiento abstractos de lo que es una amistad.

Si alguna vez lees esto, a quien está dirigido este poema. Quisiera decirte que cometí errores, e intenté enmendarlo aunque fueran imposibles dentro de mi lapso mental por quererme hacer el que no comete crímenes peores. Pero ese día, donde mayor era la debilidad de mi lucha por ti y era menor tu interés a quererme decirme las razones, diría lo lamento por ignorarte. Pero te sentenciaría sin remordimiento como recreaste lo mismo que tanto te jactabas eran mi peor parte. Creceré sin ti, tú igual, pero ambos sabemos que ambos estuvimos jodidos desde el principio.

Duerme feliz sabiendo que eso eras, amigo. 

Comentarios