LXXVI. Me Pregunto A Mí Mismo Si...
Me Pregunto A Mí Mismo Si...
No he podido descansar desde la vez que me he preguntado todo...
Y siempre me la paso cuestionando lo que sea.Cuando cierta persona me da el vistazo, pero una nula respuesta a mi hartazgo social,
Me pregunto a mí mismo si valió la pena reconsiderarlo en los focos de mi existencia
Déjame reformular lo que estoy dudando: ¿Valió la pena mantenerlo cuando solo me alejaba?
¿De verdad va a hablar de tiempos difíciles cuando anteriormente me dañaba?
Sería de sangre fría repudiarlo como lo hacía, pero con el mismo flujo friolento me destripaba.
Solo soy un curioso imprudente subido al tren de las múltiples paradas que uno toma,
En cambios hablé cuando nadie cambia, cuando se propone cambiar por dejar de presionar.
No sería el primero en decirme que yo nunca cambio por los demás,
Va a ser el siguiente de objetivarme que nunca quise a nadie jamás.
Una fila larga, que ni la cara frustrada del sol llegaría en su juventud dejar agonizar.
Luego, cuando el sueño deja de ser obligatorio a esta edad,
Me pregunto a mí mismo si arriesgar lo que me conforma mi psico mentalidad
Habrá no sido en vano desmoronar por objetivos frágiles de papel acuadrillados.
Imaginar qué descubrimientos y resurgimientos me habré topado
Envés de solo encuadrarme a lo que vestigios obsoletos en librejos solo son acoplados estribillos.
Perdí la noción de querer por solo dejarme llevar por un objetivo tener,
Y qué sentido tiene algo tener si ni mi primer pensamiento fue morir por eso querer.
Qué estricto resulta catalogarme en materias que solo el cuerpo necesita categorizar.
Cuando las lecciones empezaron a tergiversarse en ensayos de pensamientos que nunca decidí escribir,
Y me temo que por ese mismo repudio me resulta contradictorio decir que no me llevó a algo descubrir.
No miento, y quizás por miles de juramentos rotos, pero quizás de odiar me dio por el daño reenvidar.
Que envidia la gente que solo mira y nunca se pone a observar,
Me carcome que me dedico, experto en pulcritud, solo al tiempo analizar.
Otros días, si me agarras con la cabeza desgastada y la mirada desganada,
Podría preguntarte a ti mismo si vale la pena por decenas de penas esperanzarse,
Me pregunté a mí mismo cómo quizás crucificarme con estos clavos de desgastes mentales
Reacondicionarán otra vez mi trayecto a eso que llamamos “vida plena y sana”.
Cada quien se agarra la mejor soga para ahorcarse, para mí, lo era alcanzar esa etapa.
Y cuando intenté jalar y jalar, dejando mi objetivo y punto de existencia en la tapa de un inodoro,
Quizás ahí comprendí que no era capaz de vivir plenamente, pero sí de disfrutar extremadamente.
Así me lo propuse, y mírame, no seré la persona más “normal” designada en ridículos estándares,
Pero por solo metaforizar distintivamente el suicidio y el paraíso me hace darme aplausos condescendientes.
Por último, cuando la noche vuelva a caerme como peso de costal de muerte y pesadumbre,
Me pregunto a mí mismo si el mañana se convertirá en mi rutina o en mi lápida,
El tiempo frágil como arena en mi bolsillo en veloz rapaz difuminar se esparce en mi trayecto,
Soy incapaz con lo efímero de la fuerza en mis manos recolectarlo y juntarlo para reciclarlo,
Lo dejo ir, y todo el vestigio que implicaba dejarlo seguir, mi momento llegó donde la arena cayó,
Y si por cualquier cualidad de lo redimible me dieran esa oportunidad de oro a reutilizarlo...
No diría ni un solo murmuro, solo el aire traspasando lo que alguna vez fue mi cáliz carnal,
¿Es divertido rehacer lo que nunca fue destinado a ser por solo querer esa fantasía convertir?
Ese nunca fue el propósito, porque jamás hay propósito que recurra a un fantasioso deseo pedir,
La vida, vida es. Vital e incambiable debe ser.
Y qué mierda podrá haber sido, pero...
“¿No fue ese el camino más divertido?”,
Y eso me pregunto a mí mismo.
-Ricardo Antonio Mena Madera
Comentarios
Publicar un comentario